Un monasterio habitado desde el siglo VI, justo en el lugar donde la tradición sitúa que Dios habló a Moisés a través de una zarza ardiente, enfrenta desde hace unos días a dos socios habituales, Grecia y Egipto. El monasterio de Santa Catalina, situado en el desierto del Sinaí, es el más antiguo habitado del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está regentado por la Iglesia Ortodoxa griega, pero un tribunal decidió a finales de mayo que los terrenos pertenecen a Egipto, un fallo que ha soliviantado a Atenas, que se ha tomado el asunto como una cuestión de Estado.
El ministro griego de Asuntos Exteriores, Yorgos Gerapetritis, viajó hace unos días a El Cairo para reunirse con Badr Abdelatty, su homólogo egipcio y, según indicaron ambas partes, acordaron salvaguardar el estatus de uno de los lugares de culto cristiano más antiguos del mundo y que posee una biblioteca que, por el valor de sus manuscritos, ha sido comparada con la del Vaticano, además de importantes iconos y mosaicos de estilo bizantino. El pacto parece aparcar por ahora un conflicto que ha causado mucha inquietud en Grecia.
"Hemos acordado trabajar en el futuro inmediato para salvaguardar los derechos del monasterio, así como su estatus legal", declaró el ministro griego al término del encuentro, que afirmó que "tanto Egipto como Grecia pretenden avanzar basándose en la larga tradición y en el estatus ya establecido de un monasterio emblemático por su carácter de culto ortodoxo griego". Por su parte, el representante egipcio afirmó que la sentencia preserva "el profundo valor espiritual y el prestigio religioso del monasterio", y confirmó que los monjes podrán seguir viviendo allí y accediendo a todos los lugares históricos.Los monjes, como respuesta, han decidido cerrar sus puertas a cal y canto ante la incertidumbre sobre el futuro de su monasterio, un lugar de peregrinaje de fieles de todo el mundo a pesar de las incertidumbres geopolíticas de la zona (en 2017 hubo un atentado del Estado Islámico y está a unas cinco horas en coche de la frontera con Israel). Según cuenta el investigador de historia cristiana Souhail Lawand en un artículo para la agencia de noticias católica en árabe ACI MENA, "Atenas teme que la decisión facilite la transformación del monasterio de lugar religioso activo en museo para turistas visitantes y allane el camino para el posible desalojo de los monjes, ya que sólo el abad, el arzobispo Damianos, posee la ciudadanía egipcia".
Lawand recuerda en su texto el proyecto 'La gran Transfiguración' lanzado por el presidente efipcio Al Sisi en 2021. La idea quería transformar el área en un gran centro turístico, con hoteles, restaurantes y diversos servicios, como "regalo de Egipto al mundo entero y a todas las religiones". La decisión judicial hizo que Grecia temiera que el plan volviera con nuevos bríos, aunque el ministro de Exteriores egipcio aseguró en medio de la crisis que en nada va a afectar a Santa Catalina